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¿Qué tienen en común Gladiator, Caperucita Roja o El último mohicano? (I)

¿Qué tienen en común, por ejemplo, Gladiator, El rey león, La catedral del mar, Caperucita Roja o El último mohicano?

Después de leer este artículo lo sabrás, y tal vez, no vuelvas a ver una película con la estructura clásica con los mismos ojos.

El tema del que quiero hablar hoy se extenderá un poco, así que he decidido dividirlo en un par de entradas, ya sabes, porque a todos nos aburren los textos largos en Internet, y enseguida pasamos de leerlos enteros a no ser que nos atrapen desde la primera línea (yo también lo hago muchas veces, ¡claro!).

Bueno, vamos al turrón: muchas (muchísimas) de las historias que vemos o leemos en películas o en novelas siguen una misma estructura, la cual puede ser dividida en seis fases. Pero antes de pasar a analizarlos, recordaremos los tres elementos básicos de todas estas historias: el personaje principal, el deseo y el conflicto. Estos relatos nos muestran a un héroe (el personaje principal) que se enfrenta a varios obstáculos (desencadenantes del conflicto) en la búsqueda de su objetivo final (el deseo). A lo mejor no eres consciente de ello, pero has visto esta secuencia un millón de veces.

He tomado como ejemplo una película que casi todo el mundo ha visto: Braveheart. Iré analizándola a medida que describa las fases.

FASE I: La presentación.

Más o menos, el primer 10% de la historia (a partir de ahora usaré esta palabra para evitar repetir continuamente la película o novela) nos presenta al héroe en su entorno habitual y trata de establecer un vínculo simpático con la audiencia de la historia (de nuevo, diré audiencia para referirme al lector o telespectador), mostrándolo como simpático, recto, amable…

Braveheart: se nos presenta al héroe, William Wallace, en su niñez, y se nos relata la muerte de su padre y de su hermano en una batalla cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de los aldeanos. Su tío llega a la adlea y se lo lleva con él. El héroe retornará varios años después a su hogar para retomar una existencia que quedó truncada por aquellos eventos.

La oportunidad.

Esta parte viene a ocupar otro 10% de la extensión del relato. Una vez presentados el héroe y su contexto, surge un cambio que transforma dicho contexto, que sirve de trampolín para el comienzo del viaje: una oportunidad que creará un deseo en el héroe. En ocasiones la oportunidad tendrá un carácter positivo, ofrecerá una posibilidad de mejora para el héroe, otras veces será un evento que lo arranque de su mundo habitual.

Braveheart: el héroe regresa y trata de recuperar la vida que habría llevado en la aldea de no haber muerto su padre. Allí se encuentra con Murron, a quien empieza a cortejar. Este encuentro sería la oportunidad (fíjate que esta oportunidad dirige la historia hacia una dirección totalmente diferente a la que acabará por tomar).

FASE II: La nueva situación.

Durante el siguiente 15% de la historia, el héroe tratará de adaptarse a la situación generada por la oportunidad: se aclimata a un nuevo contexto, conoce a los nuevos compañeros, trata de saber qué es lo que sucede a su alrededor, formula un plan para alcanzar su nueva meta…

A menudo esta fase aparece acompañada de un cambio a nivel geográfico o de contexto físico, cuando la oportunidad supone emprender un viaje para llegar a una nueva localización (La Odisea, El señor de los anillos, El mago de Oz…).

En muchas historias, el héroe entra en esta fase voluntariamente, deseoso de emprender el camino hacia el cambio, pero a medida que vayan surgiendo los problemas y los conflictos, se dará cuenta de que debe luchar contra ellos.

Braveheart: el héroe comienza una relación con Murron y se casan en secreto.

(Continuará la semana que viene en un nuevo post).
Publicado enEscritura

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