Vivimos tiempos inciertos pero interesantes (aunque uno, sinceramente, preferiría regresar a otros tiempos más anodinos y rutinarios).
Si algo nos ha regalado a la mayoría esta nueva realidad que el coronavirus ha dibujado para nosotros ha sido tiempo para estar con uno mismo, para la reflexión, para aprender a conocernos y a soportarnos mejor. Y también para la lectura.
Uno de los libros que he leído durante las últimas semanas ha sido El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl.
Viktor fue un psiquiatra que sufrió un largo encierro en campos de concentración nazis, y no solo sobrevivió a ese encierro, sino que sacó de la experiencia una lectura profunda que le ayudaría a desarrollar la logoterapia, un método de tratamiento para trastornos y conflictos mentales que acabó convirtiéndose en una de las ramas principales de la psicología.
Es una lectura muy recomendable porque no profundiza demasiado en la parte teórica de su método y además explica muchas de las situaciones que presenció en los campos, y saca de ellas conclusiones fruto del conocimiento profundo del alma humana que desarrolló durante sus años de cautiverio. No en vano asegura que la suya fue la generación que mejor ha llegado a conocer al ser humano. Una afirmación con la cual coincido.
Si tuviera que resumir en una sola frase la lección más importante que me llevo de este libro es la de que las circunstancias de la vida pueden arrebatarnos todo, absolutamente todo, excepto una cosa: la libertad de decidir cómo respondemos a esas circunstancias.
La lectura nos ayuda, nos salva, nos anima o nos acerca a la nostalgia según la situación. Pero también nos enseña. Con este libro he aprendido que, a pesar de la duración y la dureza de este confinamiento, no ha sido nada comparado con lo que miles de personas han superado en el pasado y, sobre todo, he aprendido que tenemos la capacidad de elegir cómo queremos afrontar el encierro y el contacto con el mundo que quedará ahí afuera una vez podamos salir y tratar de recuperar nuestro día a día.
Sé el primero en comentar